Invertir en Estados Unidos se volvió una idea atractiva para muchas personas en Argentina. Hay dos motivos principales: primero, podés ahorrar y hacer crecer tu dinero en una moneda fuerte; segundo, el mercado de allá es grande, con muchas opciones y costos de operación que suelen ser competitivos. Aun así, antes de empezar conviene entender bien cómo funciona el camino, qué mirar para elegir un intermediario confiable, qué impuestos pueden aparecer y qué productos son los más adecuados según tu perfil. Esta guía recorre esos puntos con un lenguaje directo y sin vueltas.
1) Elegí un buen intermediario
Para comprar y vender inversiones en Estados Unidos necesitás abrir una cuenta con un intermediario. Ese intermediario puede estar radicado en Estados Unidos o puede ser una empresa internacional que te dé acceso a ese mercado. ¿Cómo elegir?
- Reputación y respaldo legal. Buscá nombres con trayectoria y con reglas claras. Leé reseñas, preguntá a conocidos que inviertan y asegurate de que el intermediario tenga protección para los clientes en caso de quiebra. Esa protección no cubre pérdidas por subas y bajas del mercado, pero sí resguarda la custodia de tus títulos si la empresa dejara de operar. Es clave entender este límite: nadie te protege de una mala inversión; sí pueden protegerte si el intermediario falla como entidad.
- Claridad en la custodia. Preguntá dónde se guardan tus títulos, cómo se liquidan las operaciones y de qué forma podés retirar tu dinero o transferir tus valores a otro lugar si algún día lo necesitás. Esto parece secundario, pero cuando llega el momento de mover la cuenta, se agradece haberlo definido desde el inicio.
- Atención al cliente. Probá el chat o el correo antes de fondear la cuenta. Hacé una consulta concreta y medí tiempos y calidad de respuesta. Si tardan días en contestar o no resuelven dudas simples, mejor mirá otra opción.
- Costos de verdad. No mires solo la comisión por compra o venta. Sumá:
- Costos por transferencia de entrada y de salida.
- Costos por mantener la cuenta inactiva, si los hubiera.
- Costos por convertir moneda, si el intermediario hace el cambio por vos.
- Costos propios de los productos que compres, como el gasto anual de los fondos.
- Acceso a productos. Confirmá que te permitan operar con lo que te interesa: acciones de empresas, bonos del Tesoro de Estados Unidos, bonos corporativos, fondos que cotizan en la bolsa y fondos de mercado de dinero, entre otros.
2) Documentación y alta de la cuenta

El alta es sencilla, pero requiere orden:
- Identidad y domicilio. Vas a tener que subir una foto de tu documento o pasaporte y un comprobante de domicilio.
- Origen de fondos. Te pueden pedir recibos de sueldo, facturas o extractos bancarios. No es para molestarte; es para cumplir con normas de prevención de delitos financieros.
- Formulario para extranjeros. Al no vivir en Estados Unidos, el intermediario te va a pedir un formulario fiscal para dejar asentado que sos extranjero. Lo entrega y procesa el propio intermediario y sirve para que te apliquen el tratamiento impositivo que corresponde a alguien que no es residente de ese país.
Guardá copia de todo lo que envíes y de todo lo que te aprueben. Te va a resultar útil si más adelante tenés que justificar ingresos o patrimonio.
3) Impuestos que pueden aparecer
Acá hay que distinguir entre tres situaciones: lo que puede retener Estados Unidos, lo que corresponde declarar en Argentina y un tema que pocos miran, que es el impuesto sucesorio en Estados Unidos.
- Retenciones en el país de origen.
Si comprás acciones de empresas de Estados Unidos o fondos con domicilio en ese país, los pagos que recibas como “ganancias distribuidas” por esas inversiones suelen tener una retención en el origen. Esa retención la hace el intermediario al momento de pagar y varía según el tipo de instrumento y tu situación como extranjero. En cambio, ciertos intereses —por ejemplo, los de algunos bonos del Tesoro— suelen tener un tratamiento más favorable para quien no vive allá. El punto no es memorizar reglas, sino entender que puede haber retenciones y que conviene elegir productos sabiendo esto. - Ganancia por venta.
En muchos casos, si no sos residente de Estados Unidos y no tenés actividad allá, la diferencia positiva entre lo que compraste y lo que vendiste no paga impuesto en Estados Unidos. Aun así, siempre confirmá con tu intermediario cómo informan esas operaciones y pediles los resúmenes anuales. - Impuestos en Argentina.
Todo lo que generes en el exterior debe revisarse con tu contador en dos frentes: el impuesto a las ganancias por los rendimientos y el impuesto al patrimonio por lo que tenés al 31 de diciembre. No subestimes este punto. Pedí a tu contador una forma simple de registrar:- Aportes y retiros.
- Compras y ventas.
- Pagos recibidos por tus inversiones.
- Valuación de tu cartera al cierre del año.
- Impuesto sucesorio en Estados Unidos.
Si fallecés teniendo activos que se consideran radicados en Estados Unidos (por ejemplo, acciones de empresas de ese país o ciertos fondos con domicilio en ese país), puede aparecer un impuesto sucesorio con un umbral relativamente bajo para quien no es residente. Hay formas simples de reducir ese riesgo, como usar fondos similares pero con domicilio en Europa, que invierten en las mismas empresas, o evitar concentrar todo en instrumentos radicados en Estados Unidos cuando tu patrimonio ya es relevante. Si este tema te preocupa, conversalo con un asesor tributario y sucesorio. Conviene planificarlo cuando la cartera todavía es fácil de ordenar.
4) Cómo mover tu dinero
La forma más común es una transferencia internacional desde tu banco hacia el intermediario. Tené en cuenta:
- Tiempos y costos. Preguntá cuánto demora el dinero en acreditarse y cuánto cobra cada parte. A veces hay costos tanto en el banco de origen como en el de destino.
- Comprobantes. Guardá los comprobantes de cada transferencia y las constancias de recepción. Sirven para justificar el origen de fondos y para tu contabilidad.
- Moneda. Vas a invertir en dólares. Eso es una ventaja si querés resguardar valor en esa moneda, pero también implica que, si algún día necesitás volver a pesos, el resultado final dependerá del tipo de cambio del momento.
5) Qué se puede comprar sin complicarse
No hace falta saberlo todo para armar una cartera razonable. Alcanzan pocos ingredientes:
- Bonos del Tesoro de Estados Unidos.
Son títulos emitidos por el gobierno de ese país. Dentro de este grupo hay opciones a muy corto plazo, que sirven para estacionar liquidez con bajo riesgo, y opciones a plazos más largos, que suben o bajan más según cambie la tasa de interés. Son útiles para perfiles conservadores o para el “colchón” de cualquier perfil. - Fondos de mercado de dinero.
Son fondos que invierten en instrumentos de muy corto plazo y que apuntan a preservar el capital mientras pagan un rendimiento competitivo. Suelen usarse como alternativa a dejar el efectivo sin producir nada. - Bonos corporativos de alta calidad.
Pertenecen a empresas sólidas. Pagan intereses más altos que los del gobierno, pero también implican un poco más de riesgo. Conviene diversificar y elegir plazos que no te expongan demasiado a cambios bruscos en las tasas. - Fondos que cotizan en la bolsa.
Son fondos que comprás y vendés como si fueran acciones, pero por dentro replican índices amplios, como el de las principales empresas de Estados Unidos o el de acciones de todo el mundo. Tienen costos bajos y permiten diversificar de manera sencilla. Existen versiones radicadas en Estados Unidos y versiones radicadas en Europa. La elección puede influir en impuestos y en el tema sucesorio mencionado antes. - Acciones individuales.
Dan más potencial de crecimiento, pero también más subas y bajas. Si no querés dedicar tiempo a analizar empresas, un fondo que siga un índice amplio puede ser una forma más simple de participar del crecimiento de los mercados sin tomar decisiones empresa por empresa.
6) Cómo armar una cartera simple
A modo de ejemplo didáctico, sin ser una recomendación personalizada:
- Perfil conservador en dólares.
Setenta por ciento entre bonos del Tesoro y fondos de mercado de dinero. Treinta por ciento en un fondo que siga un índice de acciones amplio (por ejemplo, un índice de las principales empresas del mundo). Objetivo: cuidar el capital y, con paciencia, ganarle a la inflación en dólares. - Perfil moderado en dólares.
Mitad bonos de buena calidad y mitad acciones a través de un fondo diversificado. Objetivo: crecimiento con subas y bajas tolerables para alguien que piensa a mediano y largo plazo.
La clave no está en encontrar la mezcla perfecta, sino en sostener la mezcla que elijas. Para eso, definí por adelantado qué porcentaje querés tener en cada “cajón” y, cada seis o doce meses, devolvé la cartera a esos porcentajes. Ese ajuste periódico se llama “volver a la distribución original”. Ayuda a no perseguir modas y a comprar lo que quedó más barato y vender lo que se encareció demasiado.
7) Costos y buenas prácticas

- Precio de compra y venta.
Toda inversión que cotiza tiene dos precios: el de compra y el de venta. La diferencia entre ambos es un costo oculto. Cuanto más líquido sea el instrumento, más chica suele ser esa diferencia. - Gastos internos de los fondos.
Los fondos cobran un gasto anual por administración. En fondos que siguen índices amplios ese gasto suele ser muy bajo. Compará alternativas y, a igualdad de estrategia, preferí el que tenga menos gasto. - Órdenes con límite de precio.
Cuando compres, podés poner una orden con un precio máximo al que aceptás comprar. Eso te protege de movimientos bruscos en segundos. No siempre es necesario, pero ayuda a evitar sorpresas. - Horarios razonables.
Si te molestan los saltos de precio, evitá operar en los primeros y últimos minutos de la rueda. En el medio, los precios tienden a ser más estables. - Seguridad digital.
Activá la verificación en dos pasos, revisá qué dispositivos tienen acceso y cambiá la contraseña si dejaste abierta la sesión en un equipo que no es tuyo. Descargá los resúmenes periódicos y guardalos en un lugar seguro.
8) Errores más comunes y cómo evitarlos
- Entrar sin mirar los costos.
Podés ganar por rendimiento y perder por comisiones y diferencias de precio. Sumá todo antes de decidir. - Confundir protección de custodia con garantía de ganancias.
El sistema protege tu propiedad sobre los títulos si el intermediario quiebra, pero nadie te devuelve el valor si tus inversiones bajan de precio. Eso es riesgo de mercado y va por tu cuenta. - Ignorar el tema sucesorio.
Si tu patrimonio crece, planificá a tiempo para evitar problemas a tus herederos. A veces alcanza con elegir versiones de fondos radicadas en otra jurisdicción. - Hacer demasiadas operaciones.
Mover la cartera todo el tiempo no suele mejorar los resultados y sí suma fricción de costos. Mejor un plan simple y constancia. - No registrar nada.
Guardá cada comprobante de transferencia, cada compra y cada venta. Vas a agradecerlo cuando tengas que declarar en Argentina o si cambiás de intermediario.
9) Lista breve para empezar con el pie derecho
- Intermediario confiable y con reglas claras.
- Documentación lista y aprobada.
- Entendimiento básico de qué impuestos pueden aplicarte.
- Plan de cartera acorde a tu perfil y a tu horizonte de tiempo.
- Aportes periódicos que puedas sostener sin estrés.
- Ajuste semestral o anual para volver a tu distribución original.
- Registro ordenado de todo lo que hacés.
10) Cierre: menos ansiedad, más método
Invertir en Estados Unidos no requiere ser experto ni dedicar horas por día. Requiere método, paciencia y orden. Elegí un intermediario serio, entendé qué costos vas a pagar, decidí de antemano cómo se va a repartir tu dinero entre instrumentos más tranquilos y otros con más crecimiento, y sostené esa decisión en el tiempo. No todo va a subir siempre, y está bien que así sea; lo importante es que la mayor parte de tu resultado la define tu comportamiento: aportar, mantenerte fiel a tu plan y no tomar decisiones por miedo o euforia.
Si tu objetivo es construir un ahorro en dólares para el futuro, la receta suele ser aburrida pero efectiva: productos simples, costos bajos, aportes periódicos y disciplina. Con eso, las probabilidades de llegar a buen puerto aumentan mucho.